Nando
Quiroga
Fragmentos
de hipotético y poético
diario
del confinamiento
vigésimo
octavo día del confinamiento
hay días que
como a una abeja reina
la vida me llena
la boca de polen
entonces hablo
el lenguaje de las flores
trigésimo
quinto día del confinamiento
los jueves
milagro
hoy sin yo
esperarlo
tus labios me
llevaron
a una tibia
infancia
de pan recién
horneado
trigésimo
octavo día del confinamiento
me despierto y
todavía adormilado pienso
hago gimnasia y
pienso me ducho y pienso
veo las
noticias me refugio en un libro y pienso
escuchando a
debussy tomo la primera copa escribo y pienso
aprensivo
salgo a la compra con guantes y mascarilla
abro y
contesto correos llamo a mis hijos y pienso
la última
copa en la terraza viendo morir al sol y pienso
cuadragésimo
dia del confinamiento
cuaderno de
estaciones ( para cuando nos abran la jaula )
otoño
pasear entre el
oro inaudito de los bosques
recordando que
también tú fuiste hermoso
primavera
hacer un tierno
corte en las muñecas
saber que aún
brota sangre a borbotones
y reír con los
amigos que te quedan
verano
cerca del mar
una botella de
vino suave y fresco
y sin memoria
una mujer
desnuda en la penumbra
invierno
subir con mi
otro yo a la buhardilla
servirnos un
buen malta doble y seco
y jugar a
disfrazarnos de poetas
cuadragésimo
séptimo día del confinamiento
hay días que
hueles a relámpago
como si en tu
cuerpo se estuviera
fraguando una
tormenta
días así
quisiera estar contigo
respirar el
azufre y el ozono
del peligro
incandescente de tu piel
escuchar de
nuevo retumbar el trueno
en mi cauteloso
corazón
en días así
quisiera estar contigo
en días así te
temo y te deseo
Adenda.-
Un poema se defiende solo, pero en este tiempo de prohibiciones,
quiero aclarar que éste,
aunque
describa una potente pulsión sexual, cumple riguroso con el
confinamiento. Utiliza el olfato
la
respiración, escucha el sonido interior, siente la emoción del
temor y al tiempo el deseo, pero
en
ningún caso usa el tacto, manteniendo esa distancia de dos metros, (
tal vez kilómetros ) ja ja
Aclarado
queda
Comienza la
quinta semana de confinamiento
Y Tú como la
nube esa duda en el viento
termina la
sexta semanadel confinamiento y yo ...
sigo caminando y
no me canso
pero a veces me
demoro y me recreo
porque sí sin
más por mi deleite
porque sé
que el camino acaba un día
porque sé
que se camina hacia la muerte
comienza la
octava semana del confinamiento con un viento africano
“ crisálida
que al calor estalla en mariposa / viento que nos trae un dragón de
amor”
viento
del sur / dragón de amor
ardiente beduíno
animal de vuelo
incandescente
hoy galopas mis
cielos
y en tu fogoso
aliento viaja
la bronca
llamarada del desierto
esa lengua de
brasa que al lamer los corazones
los desnuda y
ofrenda como frutos en sazón
a tu paso la
sangre ya no es sangre
sino mercurio de
una fiebre
que ansía la
hondura en otra fiebre
ascua viva de
deseo incendias nuestro lecho
y obligas a
entregarle alma y cuerpo
a quien nos
traiga abrazo
candente viento
sur
deidad vestal
del fuego
dragón de
amor
termina
la octava semana del confinamiento y crece ardiente
el
deseo de recuperar la vida dónde cuando y como la dejé
moderadamente
desesperado
pactar
con la vida su simplicidad
caminar
cada mañana persiguiendo
la
quebradiza luz hasta llegar al mar sentir la ola
el
cabrilleo de su espuma en mi sed en tu lejanía
oficiar
el suntuoso ámbar del vino su opulencia
y
abriendo al azar un libro bendecir con ellos la tarde
o
inventar tal vez un vicio nuevo que sirva todavía para dos
y
escribir ? escribir ... tan solo si insiste en ello el corazón
algún
amigo o ninguno ... para contemplar
como
mendigo que duerme sus noches al raso
al
cisne alunado de la estrella reflejando
la
finitud del hombre su ascenso / su agonía
y
aceptar seguir viviendo siempre así
moderadamente
desesperado
vigésimo
noveno día del confinamiento
de éste mar de
amor desaforado
me tienta más
que nada esa herida azul
y tu salobre
cicatriz tatuada en el poema
para clavar en
la puerta cuando termine el confinamiento
bienvenid@
no sé cuanto
gozo
contiene una
mañana
pero hoy mi
copa se ha colmado
has llegado a
mi casa y contigo
el sahümerio
el sándalo la dicha
Nando Quiroga